Todo principio tiene su fin.
Ha sido un año muy duro, lleno de miedos e incertidumbre, para todos pero para ellos, la población con más riesgo en esta pandemia todavía más, ya que han tenido que renunciar a algo tan básico a nivel emocional como el tocar a sus seres queridos, pero después de todo este tiempo, poco a poco iremos recuperando la normalidad.
Hoy, aprovechando el buen tiempo, hemos podido realizar un paseo por los alrededores del centro. Un gesto tan sencillo hace un año, ahora se ha vuelto en una vía de escape maravillosa ante la situación actual que nos rodea. Porque las cosas más sencillas, a veces son las más importantes.
Seguiremos trabajando duro día a día por nuestros usuarios, siempre buscando un equilibrio entre lo físico y lo emocional.